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viernes, 7 de octubre de 2011

DE REGRESO A OKTUBRE

Por Matías David López

Estas líneas no proponen ser/hacer un ajuste de cuentas con los derroteros el marxismo. Si pretende entender algunos contornos que en la actualidad “actualizan” el pensamiento de izquierdas sobre todo en su inscripción en el espacio mediático-cultural argentino.
¿Por qué oktubre? Porque oktubre –que es mucho más que un mes en el calendario-  representa el ideario revolucionario de una apuesta y además una experiencia colectiva. No él único recorrido que existió, ni el único posible para cambiar las cosas, pero sí el que más dio que hablar, el qué más abrió esperanzas de transformación, también el que más cómodo le queda a muchos a la hora de argumentar y remitir/trasladar todo lo que pasa en política a como sucedía en la Rusia revolucionaria. El “sucio trapo rojo” (frase del año, Mario Llambías-CRA dixit) flamea, machucado, pero levanta vuelo.
Ahora a los “casos”: desde hace tiempo, aparecen entre las páginas de la revista de cultura Ñ de Clarín, entrevistas, escritos propios o notas sobre pensadores de izquierda: que Negri, que Holloway, que Hobsbawn, que la Escuela de Frankfurt, Rancière, Virno, Grünner, Zizek, Vattimo, Bayer, Bourdieu, Kluge, Viñas, Gramsci, Trotski y sigue la lista… y con ellos, debates sobre acontecimientos y posturas políticas. En su “cartas de lectores” –cual espacio propicio para poner andar la esfera pública- aparecen posiciones a ¡favor y en contra del marxismo!. En el N° 399 Hernán Camarero reseña críticamente sobre dos biografías de León Trotski. El N° 411 -del 13 de agosto, atenti! un día antes de las Elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, desde ahora las PASO- es sintomático: nota-reseña crítica del último libro de Hobsbawn realizada también por Camarero con el título “La vigencia del marxismo. Qué esperar de Marx en el siglo XXI”.  En la página de opinión del mismo número un escrito ensayístico de Eduardo Grüner: “Izquierda, ¿qué es eso?”. Ambos autores, son figuras destacadas de izquierda del ámbito intelectual local, ambos apoyan al FIT en estas elecciones. Además, por estos meses, el pre y ahora candidato presidencial Jorge Altamira, un claro defensor de Oktubre, se presenta en varios programas radiales y televisivos, brindis con “Chiche” Gelblung incluido.
Alguno/a podrá decir “que estos autores, luchadores y temas aparezcan en los medios masivos no quiere decir que se esté ganando ninguna batalla” –y hasta con un sentido hipercrítico y apocalíptico podríamos decir que: si aparecen estas discusiones en los medios masivos es porque han perdido toda potencia crítica y transformadora-.
Sin embargo, lo que se quiere plantear no es lo opuesto: a saber, una alegría por encontrar “debates y posiciones de izquierda” en la maquinaria mediática-cultural. Se intenta preguntarnos por qué estas posiciones no están en una zona marginal de los debates contemporáneos. Quizás no en una posición central, pero si al menos no tan marginal, no tan periféricas, no tan border
Luego del “derrumbe de las ideologías” y los grandes relatos ¿será el marxismo y las posiciones de izquierda -al menos para los medios masivos- nuevamente el enemigo estratégico del capitalismo?. ¿Será que regresa oktubre?
Algunas inferencias, una casi ya de sentido común (del kanon?): la sociedad argentina está más politizada que en “los 90’”. Otra. Quizás ésta “actualización”, esta vigencia de ideas críticas se deba, en parte, porque hay una vuelta a re-pensar el futuro: de la humanidad, incluso como especie. Quizás también porque por muchos lados del mundo hay quilombos políticos, sociales y ecológicos que el capitalismo actual no puede resolver de buena forma para todos: aunque de lo que más se habla es del “derrumbe financiero global”, del “cambio climático”, de dictadores árabes, a veces de desigualdades y mucho menos de luchas, las revueltas en Libia, Egipto y otros países de África, Grecia, España y Chile revitalizan y muestran los antagonismos y contradicciones.
Creo que pensar oktubre, propone realizar un ajuste de cuentas, no con los avatares del pensamiento y la práctica política de izquierdas –cuestión que habrá que seguir revisitando para barajar de nuevo y jugarse a cambiar la realidad-, sino más bien con la filosofía posmoderna de alentó y celebró su derrota, derrota que quizás a sido más moral que estratégica. Dice Fredric Jameson: "cualesquiera sean las vicisitudes del presente, un capitalismo posmoderno exige necesariamente que se le oponga un marxismo posmoderno, que lo combatirá". Por ahora me arriesgo a exclamar: ¡Por un post-capitalismo posmoderno y crítico!.

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